lunes, 5 de febrero de 2007

PICASSO BEBE OJÉN

Ceret, pirineo francés, año 1912, primavera. Picasso añora España. Compone un bodegón en el que aparecen diferentes elementos que le recuerdan su país de nacimiento. Las cabeceras de algunos periódicos, un cartel taurino, una botella de aguardiente. Se lee a la perfeccción: OJÉN.
Desconozco si Pablo Ruiz antes o después de transformarse en Picasso visitó o paseó por estas calles. La inlcusión del nombre de la villa intuyo sea coyuntural, una forma de certificar que el líquido contenido en la botella formaba parte también de su imaginario personal relacionado con España.
En aquella década de 1910 el aguardiente de Ojén alcanzaba su máximo esplendor y todos los anises había traspuesto su nombre, utilizándose como genérico aquello de "media copita de Ojén". Independientemente de las razones y motivos una cosa sí está fundamentada: esta pintura que responde al nombre de "Bodegón Español" ha recorrido medio mundo. En 1989, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en una exposición conjunta Picasso - Braque, situó junto a la pintura definitiva dos bocetos previos. En las tres aparece el nombre de Ojén, de lo que se deduce no responde a un capricho de última hora, si no a un recuerdo real y vívido del artista.
En la actualidad el cuadro "Bodegón Español" se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Villenueve D'Ascq. Daix.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No descarto que tu tesis sea la acertada pero yo prefiero imaginarme a Picasso andando por las calles de esa pequeña villa incrustada en el monte dirigiéndose a la plaza para sentarse en una de sus tabernas y degustar el famoso aguardiente.

salud!!

la-de-marbella dijo...

Hace muchos años en clase de arte, un profesor analizando la pintura de Picasso nos hizo notar el detalle de la botella de Anis.
Quizas, por detalles semejantes, es más doloroso el saber que el licor se ha perdido por falta de previsión. Nada es eterno.